EL BLOG DE TU ESTILO DE VIDA

 

Lo que era extraño, se convierte en habitual y lo que era habitual, en común.

Nos estamos acostumbrando a depender del coche, de la moto o del autobús para movernos desplazarnos a los sitios, ya sea por compromiso o por placer, pasando a segundo plano las escaleras siempre y cuando no exista un ascensor al lado, que entonces pasan a ser prácticamente invisibles.

Nos facilitan el entretenimiento a través del móvil, la televisión u ordenador con series de moda en Netflix, HBO u otros medios, acumulando sesiones interminables de sofá y sedentarismo haciendo que tu organismo se vea resentido y/o debilitado, porque si, la falta de actividad física te debilita.

Lo curioso es que aún haya gente que piense que hacer deporte o ejercicio es algo tan sacrificado que te va a dejar cansado para todo el día o que al estar cansado por haber entrenado, ya no va a rendir el día, pero realmente es todo lo contrario.

El movimiento es salud, es vida. Y mantenerte activo es tan fácil como desplazarte al trabajo caminando o en bici, subir a casa por las escaleras en vez de usar el ascensor, incluso en un centro comercial, utilizar las escaleras para subir al último piso; este cambio tan sencillo activará todo tu cuerpo y conseguirá recargar las energías.

Al igual que el cuerpo está hecho para comer a diario, también el ejercicio físico es una necesidad fisiológica que se hace básica para que podamos funcionar correctamente, sino, piensa en cada músculo y estructura que tenemos y con un poco de lógica, te darás cuenta de que estamos hechos para el movimiento, no para estar sentados.

Nuestro cuerpo es como una máquina, y como toda máquina que no se usa correctamente, se termina estropeando.

Uno de los grandes problemas de esta inactividad puede venir dada por las nuevas tecnologías, que aunque a primera vista nos hacen la vida más fácil, también nos provoca la inactividad y sedentarismo.

No nos damos cuenta de que tenemos un instinto básico que nos acompaña desde el origen de los tiempos, que nos impulsa a ahorrar el máximo de energía para estar preparados en situaciones de sobreesfuerzo físico o peligro. Esto sucede debido a que esos sobreesfuerzos y peligros que nuestros antepasados tuvieron que cubrir, evolucionaron, y hoy en día no tenemos que realizarlos.

A lo que me refiero con todo esto es que, básicamente, estamos programados para algo que no estamos haciendo, y esto muy probablemente nos lleve a un deterioro de cuerpo. 

Otra cosa muy común es autoengañarse creyendo que por ir 3 días al gimnasio y realizar la clase de moda porque es divertida es hacer algo, y no me mal interpretéis, pero esto aunque sea mejor que no hacer nada, en comparación al tiempo que pasamos sentados el resto del día, no sirve de mucho. Cada persona necesita un estímulo concreto, un trabajo específico, y en este sentido, las clases que te parecen tan divertidas es imposible que tengan esa individualidad y estímulos que necesitas.

Tienes que aprovechar todas las situaciones que se van presentando a lo largo del día, todos los días, para moverte más, aunque a ti en un principio te parezca un sacrificio. Al final tu cuerpo te lo agradecerá ya que, aunque sea un poco, cuando te mueves varias veces al día, ayudas a mejorar tu metabolismo y redundando en tu salud, disminuyendo la sensación de fatiga/cansancio y/o pereza que se suele sentir a lo largo del día, en especial a la tarde/noche.

Nuestros alumnos ya lo están experimentando, y creo que todas las personas que realizan un correcto programa de entrenamiento y ejercicios se están dando cuenta y lo sienten. Sienten que los días que no entrenan o el programa de entrenamiento no es el correcto, están más bajos de energía.

En resumen, para aumentar tu vitalidad, ¡muévete más! Por incongruente o sacrificio que parezca.

Este 2020 vamos a cambiar excusas por motivos, y recuerda,

¡Vive el momento, respira salud!