SUPERA LA ANSIEDAD DE SER EL ANFITRIÓN
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¿Abres las puertas de tu casa para recibir a invitados en época festiva? A continuación te damos algunos consejos para evitar el estrés y la ansiedad producida por querer ser el mejor anfitrión.
En teoría disfrutar de una comida con amigos y familiares te puede ayudar a desestresarte y liberarte de las cadenas del día a día, pero según varias encuestas, la mitad de los encuestados respondieron que organizar una cena es más estresante que ir a trabajar. Es decir, una cuarta parte de los encuestados lo encontró más traumático que sentarse para realizar una entrevista de trabajo, jejeje.
Bien, una parte significativa de esta ansiedad, según varios autores, tiene su origen en la autoconciencia. Cuando somos anfitriones, nos preocupamos de ser juzgados y nos preguntamos si estarán bien nuestros muebles, si nuestra decoración es la perfecta, si estará todo lo suficientemente organizado o si saldrá todo bien.
Con este texto espero poder ayudar a que las personas vean que la organización de un evento como este es una oportunidad para volver a conectar o mantener esa conexión especial. “El verdadero punto de entretenimiento no es mostrar la perfección de tus arreglos o tu habilidad para organizar fiestas o excursiones, lo principal es hacer que la personas se sientan cálidas y bienvenidas en tu hogar”; una frase que lo resumiría sería invertir en calidad de tiempo.
Y para conseguir esto tienes algunas barreras que superar, como las que a continuación te describo:
1- Perfeccionismo. Las personas a menudo sentimos que nuestra casa no es lo suficientemente agradable, que no tiene el espacio adecuado para el entretenimiento, que tus hijos no se portan bien…; es decir, cualquier excusa. A día de hoy el perfeccionismo creo que encabeza la fuente número 1 de estrés, pero no olvides que lo auténtico siempre es mucho más divertido.
2- Sobre preparación. El preparar las casas para alojar y entretener puede generar expectativas poco realistas de que necesitas limpiar absolutamente todas las superficies, pulir los pisos y tal vez, incluso pintar las paredes antes de que alguien pueda pasar…
3- Miedo a lo desconocido. La ansiedad producida por la visita, por saber quién viene o a quién invitarás, la cantidad de comida a preparar y cómo mantener la conversación fluida una vez que comienzan las festividades o el alojamiento puede hacer que la posibilidad entretener a esa o esas personas sean abrumadoras.
4- Ausente o malos modelos a seguir. Muchas personas tienen miedo de ser anfitriones, porque simplemente nunca se les enseñó cómo serlo. Tal vez no tenían padres hospitalarios o sus padres se estresaron tanto en situaciones de fiestas y épocas especiales que hicieron que el placer de disfrutar pareciera prohibido.
Ahora bien, para que no te suceda todo lo anteriormente descrito o puedas superar las posibles barreas que se te puedan presentar, quiero compartir algunas estrategias para alcanzar el éxito.
1- Mantelo pequeño y simple. Las personas tienen diferentes niveles de comodidad, y si organizar una gran fiesta no es fácil para ti, invita a algunos amigos a tomar algo simple por ejemplo tacos, o alguna comida saludable. A partir de aquí, podrás ir trabajando con grupos más grandes y complejos a medida que tu comodidad crece, o no, esto es lo mejor.
2- Limpia selectivamente. Aboga por la moderación, no tienes que limpiar toda la casa cuando vienen invitados; recoge las cosas, limpia los mostradores, limpia los baños, dispón de un espacio abierto y entretenido que se te haga cómodo. Luego cierra las puertas de las otras habitaciones y listo.
3- Sé un conector. Crea tu lista de invitados en base a la idea de quién disfrutaría conociendo a quién. Reunir a las personas que se animarán e inspirarán entre sí es la mejor manera de ayudar a mantener las cosas vivas y casi garantiza que se lo pasen genial.
4- Reduce la autocrítica. Las personas vienen a tu casa a verte, no a examinar los cubiertos o juzgar el fondo de pantalla. Probablemente estén muy agradecidos de haber sido invitados, y yo personalmente, cuando acudo a una invitación me siento muy emocionado de poder compartir con esas personas, lo último que voy a hacer es criticar la limpieza de mis anfitriones.
5- Tienes que saber que los huéspedes se identifican. Casi todos hemos estado en el lugar del anfitrión, por lo que los invitados apreciarán sinceramente tus esfuerzos. Si la cena no resulta o el perro sigue portándose mal, los buenos amigos y familiares lo entenderán y no lo encontrarán faltante.
Recuerda,
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