LA IMPORTANCIA DE MANTENER UNA CORRECTA TEMPERATURA CORPORAL
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Un incremento en la intensidad del ejercicio implica una mayor demanda de energía, lo que en un pricipio originaría un aumento de la temperatura corporal. La temperatura del cuerpo oscila entre los 36.5 y los 37.5 dependiendo de ciertos factores, aunque esto creo que hoy en día lo tenemos más que aprendido y lo estamos mirando a diario. Lo cierto es y que no cunda el pánico, que lo normal es que el organismo permanezca a una temperatura de 37 grados.
A esta temperatura nuestro cuerpo logra mantener un equilibrio evitando infecciones y hace que las células puedan ser más eficaces. En condiciones normales, el cuerpo tenderá a mantener esta temperatura, pero cuando esta se eleva, el organismo actúa de forma inmediata para restablecer este equilibrio.
La termorregulación es un conjunto de mecanismos y respuestas fisiológicas, que tenemos para mantener la temperatura controlada y son:
1- La vasodilatación, la cual consiste en el aumento del riego sanguíneo desde el interior hacia el exterior. Si la temperatura del exterior es menor o igual que la del cuerpo, este sistema es suficiente para mantener la temperatura corporal estable.
2- La sudoración, esta permite refrigerar el cuerpo en caso de que la temperatura del exterior sea mayor.
Pero no todo son ventajas, estos mecanismos tienen como todo sus pro y por supuesto sus contras, en el caso de la vasodilatación puede ocurrir que al dirigirse la sangre hacia los músculos que intervienen durante la práctica deportiva o el entrenamiento, los órganos que estén implicados reciban menor cantidad de sangre, con el consiguiente descenso del rendimiento.
En cuanto a la sudoración, hace que la sangre pierda agua y se espese, lo que origina un descenso del volumen sistólico, ocasionando también un descenso en el rendimiento y si llegamos a puntos extremos de calor, las consecuencias pueden ser más graves, produciéndose golpes de calor o incluso deshidratación por pérdida de líquidos con las consiguientes repercusiones correspondientes.
Para que esto no ocurra, es importante la reposición de líquidos durante tus sesiones de entrenamiento, en especial en los veranos calurosos.
Te aconsejo que te hidrates antes, durante y después de cada sesión de entrenamiento y en este sentido, el agua será la mejor forma para hidratarse correctamente, aunque ocasionalmente se puede incluir el consumo de alguna bebida isotónica para recuperar también las sales perdidas si los niveles de sudoración son muy elevados.
Quiero aclarar que sudoración no es sinónimo de trabajar bien y mucho, debemos dejar atrás ese antiguo pensamiento del "no pain no gain".
Recuerda hidratratarte bien, disfruta del camino y trabaja hacia la salud a corto y largo plazo.
Vive el momento, Respira Salud.